El hielo cristalino es producto de agua desprovista de burbujas, minerales y otros contaminantes y de un lento y meticuloso proceso de congelación de 96 horas cuyo resultado es un hielo compacto y 100% transparente.
De una manera artesanal, cortado a mano, se funde de una manera más lenta, libre de cualquier partícula evitando que la bebida se diluya o se desvirtúe, manteniendo la temperatura correcta y el sabor intacto.